martes, 6 de diciembre de 2011

El eco de los aullidos

La memoria es un bosque plagado de lobos, que aúllan rompiendo los tímpanos del límite de tus piernas. Los pasos. Los pasos se detienen en la carretera que lleva al pensamiento líquido. Huele a asfalto porque los sueños se convirtieron en cenizas. Arena y fuego. Agua y carne. Todos somos todo porque no somos nada. Desiertos contaminados de gritos. Sangre derramada por la virtud del olvido. Aquí, somos una ciudad donde los atascos se congelan con el tiempo. El frío no cesa nunca, el frío no descansa nunca, el frío no se calla nunca. El frío. Y lo amordazo con las agrietadas manos podridas de batallas. Todos los juegos expulsan del tablero a las almas confusas. Todos los juegos son del frío. Y el frío es un juego. Delirio.

viernes, 7 de octubre de 2011

Eva en el cristal

Suena un piano en su cabeza y no consigue apagarlo. La última vez que corrió por aquel laberinto de respiraciones, Adán mordió su hombro y volvió a la realidad. Golpea el cristal con sus manos, ignorando que su otra yo le habla desde el otro lado. Hace tiempo que Eva sueña con las sombras que se ocultan en la oscuridad de su morada cuando sale. Se pregunta si es real, un aviso. Tal vez una noche, cuando vuelva de fingir que todo va bien, encontrará a una de esas sombras sentada en su lecho, esperándola. Se acercará a ella y le morderá para hacerla sentir mejor, porque así es su historia. Se perderá entre sus piernas y el último grito de Eva será la liberación de su abandono. Entonces, y sólo entonces, acariciará el espejo y reconocerá su rostro. "Hola de nuevo, ¿dónde has estado todo este tiempo?".

sábado, 30 de julio de 2011

Un mal ejemplo

Hormigas en todo el cuerpo. Es lo que siente al levantarse. Con la risa desquiciada. Temblando de anticipación. Hace mil vidas que los fantasmas abandonaron sus costillas y hoy lo nota entre sus piernas. La hace tan feliz que se lanza al vacío sin red, desafiando a las leyes de la física. Sylvia es un mal ejemplo. Por eso aterriza sin problemas y sabe que sobrevivir en un mundo de sombras es de héroes. Todos aquellos lobos se dan la vuelta cuando pestañea. Se le han caído las palabras de los bolsillos. El rebaño ha muerto. Sylvia es un mal ejemplo.

sábado, 14 de mayo de 2011

Vida nocturna al otro lado.

Ascendía como un globo al que inyectaban el aire. Era sustancia y era ausencia. Se introdujo por sus pies y se extendió por su sangre, invadiendo su cerebro. Sólo podía ver en la oscuridad porque sus pupilas habían adquirido el tamaño de la luna.

Cómo pesaban las aceras. Cómo pesaba el cielo que amenazaba con raptarla y envolverla en nubes de ansiedad. Cómo podía el mundo estrecharse de esa manera.

Sabía que si aquello era real, se convertiría en su fin, así que conjuró una dimensión en que las calles la condujeran a la salida de aquella prisión onírica.

¿Cuántas opciones hay de que alguien te oiga si gritas?

domingo, 8 de mayo de 2011

Vacíos en guerra.

Hay fuego en la ciudad. Las nubes se han congregado para viajar décadas en el tiempo, soñando con un viaje de polvo blanco. Gritos en do menor de depredadores derramando su último aliento. "No es asunto tuyo, porque ésta es mi alucinación". El humo intenta razonar con las llamas. Las llamas no entienden ese idioma secreto que asfixia cada uno de los rostros avanzando hipnotizados por las aceras. " Es la última vez que el sol te toca. La última". Pero la ciudad se ha cansado de ser el hombro en el que lloran las nubes, y se desnuda para esos rayos mientras su piel arde con descontrol. Hay fuego en la ciudad, cuando el vacío provoca incendios.

domingo, 13 de marzo de 2011

Velocidad inconsciente.

El sonido moría al girar a la izquierda. Era lo único que entendía con claridad y por eso siguió corriendo, calle abajo. Los pensamientos se agolpaban cada vez con más rapidez y los rostros se desdibujaban como en otro tiempo. Cuando luchaba contra los demonios sin miedo a morir. No había tiempo de explicarlo. Cada vez que el cielo era testigo de aquella huida su poeta interior la obligaba a vomitar un soliloquio en silencio y a empezar otra vez. Luego despertaba empapada en sudor, como si las pesadillas sólo fueran una ilusión y llevara una doble vida nocturna sin ser realmente consciente.

lunes, 7 de marzo de 2011

Segundos ordenados se perdieron en el tiempo.


Era la última noche que viajaba a través de aquel túnel del tiempo. Poco a poco, esa maraña de dolor persistente había ido abandonando su cuerpo. Los nudos que antaño ligaban los días sin principio ni final se habían soltado por el cansancio de unos ojos perdidos. Saber hacia dónde mirar. Lo aprendió en cada golpe, en cada puñalada que le asestó su sombra. Nunca había pretendido llegar a un punto en que el torbellino se hiciera irrevocable, pero era inevitable.