Nébula y Comisura se fueron al mar.
Nébula y Comisura no sabían nadar.
Nébula y Comisura se llenaron de sal.
Nébula y Comisura se fueron a pasear.
Nébula y Comisura se pusieron a saltar.
Nébula y Comisura volvieron a su hogar.
Y allí, en un baño caliente, lavaron sus orejas y confesaron sus secretos.
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